ARTE Y ESTETICA
MUSEO
María de la paz Jaramillo
Nació en Manizales, Colombia, en 1948. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Los Andes, Bogotá y prosiguió su formación en el Taller de Hayter, París y en Chelsea School of Art,Inglaterra.
Su propuesta combina grabado, pintura, escultura y objeto como forma de subvertir los códigos de la cultura en una constante búsqueda de la libertad desde una perspectiva femenina que expresa el deseo, el placer y el desafío ante la historia y la religión con escenas sensuales y colores incandescentes
Pintora dedicada, recuerda que sus cuadros en ese entonces tenían una carga de tonos planos, rojos sobre blancos, negros sobre rojos, que eran parte de una búsqueda iniciada en Bogotá, en pleno centro de la ciudad por donde divagaban los margínales que ella ya hacía el tema de sus pinturas
María de la Paz Jaramíllo haría extensiva y definitiva esa búsqueda que había iniciado con las prostitutas en Bogotá। Cali en los setenta. " El lugar no podía ser más adecuado", recuerda ella, con sus ojos abriéndose y cerrándose como dos estelas de luz। "Caminaba todas las mañanas, desde la primera vez que llegué hasta el Museo La Tertulia, un epicentro que iría definiendo mi camino".
a la máquina de la vida”, donde un vasto fondo negro enmarca un contorsionado perfil femenino, recortado en forma irregular: de la cabeza brota el brazo y de los verdosos y rotundos senos los rojos y definidos pezones. Se podría pensar en un nudo de contradicciones.Obsesionada, largo tiempo, con la figura femenina, de la prostitución descarnada a las frívolas representantes de la clase alta, la expuso con frontalidad hiriente. Escandalizaba con sus colores detonantes y con la crispación con que sus trazos negros subrayaban marginación, arrogancia, o vacua estupidez. Sí, la máquina reproductora de la vida podía tener algo de bovina sumisión complaciente.
Nadin Ospina
En algunos casos, reconstruye la imagen de la obra de arte al conjugar objetos cotidianos con obras llenas de significado histórico y culturalA principios de los noventa empieza a realizar una serie de obras en las que los iconos de la sociedad del espectáculo norteamericana: Bart Simpson, Mickey Mouse o el Pato Donald, son materializados bajo la apariencia de figuras prehispánicas. El artista encarga la realización de estas figuras a artesanos locales que las reproducen en materiales como la piedra o la madera y con los rasgos de esquematismo y esencialidad que son propios del arte precolombino. El resultado es sorprendente: los populares personajes de la televisión aparecen revestidos de un inesperado carácter exótico y periférico. Ha realizado exposiciones individuales como “Nadín Ospina”, Galería Arte 19, Bogotá (1991); “El gran sueño americano”, Galería Arte Contemporáneo México D. F. (1993) o “Viaje al fondo de la tierra”, Museo de Arte Moderno de Bogotá (1999). Ha participado en la XX Bienal Internacional de Sao Paulo; en la 5ª y 7ª Bienal de La Habana; en la 39ª Bienal de Venecia y en ARCO 97.